Me gustaría comparti este artículo interesante porque a todos nos puede tocar en algún momento de nuestras vidas, si es que alguien no lo está sufriendo ya. Mucho ánimo.
Hay personas que tienen verdaderas dificultades para superar las rupturas de pareja, y posiblemente presenten aspectos de su personalidad y esquemas de pensamiento que les dificultan su recuperación. Superar una ruptura amorosa o sentimental no es tarea fácil.
[h=2]Cómo superar una ruptura sentimental.[/h] Superar una ruptura con la persona que amamos no es tarea fácil. El dejar atrás tantos buenos momentos, junto con el torrente emocional que esta situación genera, provoca que vivamos esta situación como una catástrofe.
Normalmente, suele ser uno de los dos miembros el que decide dejar la relación, y aunque se suela creer que el que finaliza la relación es el que menos sufre, esto no siempre es así. Hay relaciones que terminan pero el amor sigue vivo, y esto complica la transición hacia una nueva vida sin la persona amada.
[h=3]No es fácil aceptar la ruptura.[/h] No es fácil aceptar la ruptura cuando, además, son tantos los recuerdos que invaden nuestro pensamiento una y otra vez. No es nada fácil aceptar que la situación ha llegado a su final, que la otra persona rehará su vida sin nosotros, y todo lo vivido quedará atrás para siempre.
El dolor emocional parece ser incluso más acuciante que el dolor físico, y algunas personas quedan enganchadas a la expareja como si de una adicción se tratase.
[h=3]El desamor no es un proceso lineal.[/h] Estamos en lo cierto cuando afirmamos que en el desamor son habituales las recaídas, puesto que no es un proceso lineal. Con esto quiero explicar que existen altibajos durante el proceso de duelo, que las fases del desamor son varias y se superan con el tiempo, pero es posible volver atrás, a etapas anteriores cuando volvemos a ver a la persona amada.
Por ello, al igual que con la droga, lo recomendable es el contacto 0, el “todo o nada”, al menos para evitar prolongar el sufrimiento y evitar las recaídas.
[h=3]El tiempo se convierte en un gran aliado para el desamor.[/h] Hay personas que tienen verdaderas dificultades para superar las rupturas de pareja, y posiblemente presenten aspectos de su personalidad y esquemas de pensamiento que les dificultan su recuperación:
Baja autoestima: ¿Quién me va a querer ahora?
Miedo al abandono / soledad / desamparo: Me ha dejado absolutamente solo/a.
Culpabilidad: Yo podría haber evitado la ruptura / podría haber hecho algo.
[h=3]Las fases del desamor:[/h] Cada individuo experimenta las fases del desamor (duelo) de manera diferente y el tiempo de superación dependerá de distintas variables personales y relacionales (intensidad del sentimiento, historia de la relación, experiencias anteriores de desamor, factores de personalidad, esquemas cognitivos, etc).
1. Negación y aislamiento
La persona que sufre niega la realidad y actúa como si todo siguiese, como si siguieran juntos. Es una etapa generalmente breve, que sirve de protección ante el impacto emocional por la ruptura. Aquí es importante que la persona sea consciente de las emociones que siente, y es necesario que asuma la situación de la manera más objetiva posible, sin autoengaños.
2. Ira o rabia
En este momento, la persona siente rabia e ira hacia la persona que le ha dejado. Ahora siente una tremenda frustración por lo que ha ocurrido y culpa a la otra persona de los males de la pareja. Suelen aparecer fantasías de venganza. También puede ocurrir que la rabia se dirija hacia uno mismo o hacia las personas de su alrededor (familiares, amigos de la expareja, etc).
3. Negociación
Esta fase puede ser peligrosa si no se gestiona bien, ya que en un intento de acercarse a la otra persona de nuevo, se puede cometer el error de tratar de hacer cualquier cosa por recuperar la relación.
4. Depresión
Aquí la persona pierde la esperanza de recuperar a la persona a la que amaba. Empieza a ver la situación con objetividad, y se da cuenta de que no hay marcha atrás. Por ello, empieza a sentir una verdadera pena y dolor ante la pérdida.
5. Fase de aceptación
Tras la tristeza anterior, gradualmente la persona comienza a adaptarse a un nuevo escenario, a una nueva manera de vivir, a pesar de la ausencia. Acepta que la relación se acabó y ya no busca estar con la otra persona. Empieza a vivir pensando en sus propios intereses.
Hay personas que tienen verdaderas dificultades para superar las rupturas de pareja, y posiblemente presenten aspectos de su personalidad y esquemas de pensamiento que les dificultan su recuperación. Superar una ruptura amorosa o sentimental no es tarea fácil.
[h=2]Cómo superar una ruptura sentimental.[/h] Superar una ruptura con la persona que amamos no es tarea fácil. El dejar atrás tantos buenos momentos, junto con el torrente emocional que esta situación genera, provoca que vivamos esta situación como una catástrofe.
Normalmente, suele ser uno de los dos miembros el que decide dejar la relación, y aunque se suela creer que el que finaliza la relación es el que menos sufre, esto no siempre es así. Hay relaciones que terminan pero el amor sigue vivo, y esto complica la transición hacia una nueva vida sin la persona amada.
[h=3]No es fácil aceptar la ruptura.[/h] No es fácil aceptar la ruptura cuando, además, son tantos los recuerdos que invaden nuestro pensamiento una y otra vez. No es nada fácil aceptar que la situación ha llegado a su final, que la otra persona rehará su vida sin nosotros, y todo lo vivido quedará atrás para siempre.
El dolor emocional parece ser incluso más acuciante que el dolor físico, y algunas personas quedan enganchadas a la expareja como si de una adicción se tratase.
[h=3]El desamor no es un proceso lineal.[/h] Estamos en lo cierto cuando afirmamos que en el desamor son habituales las recaídas, puesto que no es un proceso lineal. Con esto quiero explicar que existen altibajos durante el proceso de duelo, que las fases del desamor son varias y se superan con el tiempo, pero es posible volver atrás, a etapas anteriores cuando volvemos a ver a la persona amada.
Por ello, al igual que con la droga, lo recomendable es el contacto 0, el “todo o nada”, al menos para evitar prolongar el sufrimiento y evitar las recaídas.
[h=3]El tiempo se convierte en un gran aliado para el desamor.[/h] Hay personas que tienen verdaderas dificultades para superar las rupturas de pareja, y posiblemente presenten aspectos de su personalidad y esquemas de pensamiento que les dificultan su recuperación:
Baja autoestima: ¿Quién me va a querer ahora?
Miedo al abandono / soledad / desamparo: Me ha dejado absolutamente solo/a.
Culpabilidad: Yo podría haber evitado la ruptura / podría haber hecho algo.
[h=3]Las fases del desamor:[/h] Cada individuo experimenta las fases del desamor (duelo) de manera diferente y el tiempo de superación dependerá de distintas variables personales y relacionales (intensidad del sentimiento, historia de la relación, experiencias anteriores de desamor, factores de personalidad, esquemas cognitivos, etc).
1. Negación y aislamiento
La persona que sufre niega la realidad y actúa como si todo siguiese, como si siguieran juntos. Es una etapa generalmente breve, que sirve de protección ante el impacto emocional por la ruptura. Aquí es importante que la persona sea consciente de las emociones que siente, y es necesario que asuma la situación de la manera más objetiva posible, sin autoengaños.
2. Ira o rabia
En este momento, la persona siente rabia e ira hacia la persona que le ha dejado. Ahora siente una tremenda frustración por lo que ha ocurrido y culpa a la otra persona de los males de la pareja. Suelen aparecer fantasías de venganza. También puede ocurrir que la rabia se dirija hacia uno mismo o hacia las personas de su alrededor (familiares, amigos de la expareja, etc).
3. Negociación
Esta fase puede ser peligrosa si no se gestiona bien, ya que en un intento de acercarse a la otra persona de nuevo, se puede cometer el error de tratar de hacer cualquier cosa por recuperar la relación.
4. Depresión
Aquí la persona pierde la esperanza de recuperar a la persona a la que amaba. Empieza a ver la situación con objetividad, y se da cuenta de que no hay marcha atrás. Por ello, empieza a sentir una verdadera pena y dolor ante la pérdida.
5. Fase de aceptación
Tras la tristeza anterior, gradualmente la persona comienza a adaptarse a un nuevo escenario, a una nueva manera de vivir, a pesar de la ausencia. Acepta que la relación se acabó y ya no busca estar con la otra persona. Empieza a vivir pensando en sus propios intereses.
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