Caótica
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Llevo ya tiempo en el foro y me siento bastante a gusto, de modo que quiero compartir, con todo el que desee leerlo, el lugar donde vomito todas las consecuencias de este trastorno. A mí me ha ayudado mucho leer a otras personas que hablaban del dolor en estado puro. A veces, solo el pensar que alguien en el mundo estaba pasando por lo mismo y creaba algo bello, me reconfortaba. Así que si puedo dar ese refugio a alguien, algo de esto habrá valido la pena. Supongo. Os dejo aquí mi blog, y uno de los poemas que escribí en uno de mis peores momentos.
MIS ABISMOS Y YO
LOS PEDAZOS SIN CORAZÓN
Confieso que desde hace días
Ya no tengo corazón.
Y no tener corazón no significa no sentir nada,
sino sentirlo todo desgarrado, sin bombeo que lo regule.
El amor. El odio. El vacío.
Es besar a bocajarro con los labios astillados,
es quedarse contemplando los pedazos en el suelo.
Gracias por encontrarme en este rincón,
pero has roto la olla,
porque yo ya no soy yo.
Tenías que haber sabido que el que juega con hielo
se acaba quemando.
Esta desolación huérfana
de ser descorazonado
pesa como un vivo.
Porque una vez muerto, todo empieza a decrecer.
Bajo tierra las cosas pierden volumen.
Y aquí sólo hacen falta uñas afiladas para resurgir.
¿Cómo volver a la superficie?
Todo esto está lleno de cuerpos míos congelados.
El campo está cubierto de los cadáveres de todas mis infancias.
La firma de las criaturas que no tienen corazón
es hacer estallar hasta el último grano de tierra que pisan.
MIS ABISMOS Y YO
LOS PEDAZOS SIN CORAZÓN
Confieso que desde hace días
Ya no tengo corazón.
Y no tener corazón no significa no sentir nada,
sino sentirlo todo desgarrado, sin bombeo que lo regule.
El amor. El odio. El vacío.
Es besar a bocajarro con los labios astillados,
es quedarse contemplando los pedazos en el suelo.
Gracias por encontrarme en este rincón,
pero has roto la olla,
porque yo ya no soy yo.
Tenías que haber sabido que el que juega con hielo
se acaba quemando.
Esta desolación huérfana
de ser descorazonado
pesa como un vivo.
Porque una vez muerto, todo empieza a decrecer.
Bajo tierra las cosas pierden volumen.
Y aquí sólo hacen falta uñas afiladas para resurgir.
¿Cómo volver a la superficie?
Todo esto está lleno de cuerpos míos congelados.
El campo está cubierto de los cadáveres de todas mis infancias.
La firma de las criaturas que no tienen corazón
es hacer estallar hasta el último grano de tierra que pisan.